Nací en Bogotá y crecí en Cali, Colombia, en una familia extensa en la que aprendí sobre la complejidad de las realidades humanas, no sólo por las experiencias vividas en familia, sino también porque estuve rodeada de familiares profesionales en las áreas del derecho, la educación y la salud con los que desde temprana edad tuve largas conversaciones sobre los retos sociales y políticos, la vida emocional y afectiva, y las diversas maneras de afrontar desafíos y buscar bienestar.

Esto me ayudó a ser inquieta desde niña en cuanto a las problemáticas sociales y psicológicas, y desde el colegio me inscribí en grupos de acción social solidaria, discusión y poesía; para luego hacer mi pregrado en psicología. La psicología ha significado para mí una amplia experiencia de libertad, pude enriquecer mucho más la comprensión sobre la naturaleza humana y los diferentes aspectos que nos constituyen para hacer más fuerte una mirada sin juicios y también más fuerte mi fe en el cambio humano. Durante un largo periodo de tiempo, fui también consultante de psicoterapia lo que me ayudó a ponerme en el lugar de quienes consultan por ayuda psicológica. Esto me brindó la oportunidad de vivir los beneficios y también las dificultades de quien busca enfrentarse a sí mismo y sortear las exigencias de la vida acompañado de la atención profesional de un psicólogo.

Después de varios años de dedicarme a la psicoterapia, he aprendido que todos somos un universo de historias conmovedoras, trascendentales, y valiosas, -aun cuando llegasen a no parecerlo a primera vista-; universos que albergan mundos de potenciales por desarrollar y en los que las que las variadas formas de nuestros sufrimientos son formas urgentes de expresar de nuestras necesidades y nuestro llamado a la evolución. Todo lo que somos amerita el interés genuino de ser profunda y reverentemente escuchado. Necesitamos tener voz, expresarnos, descubrirnos, reconocernos, comprendernos a nosotros mismos, reconstruirnos y renacer continuamente a lo largo de la vida, sintiendo que nuestro caminar tiene sentido y que no estamos solos en las travesías que vivimos. Por eso, cada vez es más fuerte mi convicción de que la psicología debe ser un instrumento de libertad, la creatividad y la autonomía.

Para mí, la experiencia de ser psicoterapeuta implica un encuentro humano auténtico con cada consultante y sé que la calidad de mi trabajo está estrechamente relacionada con mi capacidad de ser una persona en permanente crecimiento personal. Así que mi compromiso laboral incluye mantener activa la reflexión exigente y humilde sobre mí misma como ser humano, aprender permanentemente, y no quedarme estática ni aferrada a una teoría, a un método o a una forma de pensar. Escojo conscientemente mantenerme en una actitud de curiosidad permanente y respetuosa ante los demás, las ciencias, los saberes y la vida.

Mis intereses más recientes han estado vinculados con la escritura terapéutica y la creativa como la poesía, la narrativa y la testimonial, la exploración de la literatura erótica y las diferentes formas de expresión creativa, autónoma y expansiva que movilizan la seguridad de las personas para tener voz, desarrollar opiniones, proyectos, caminos de vida e interacción con el mundo de manera constructiva. Actualmente, vivio en Syracuse en el Estado de Nueva York (USA), cursando una Maestría ejecutiva en administración pública y un diplomado de Estudios avanzados en género y mujer en la Universidad de Syracuse, gracias al programa de DeSardon Glass para paises andinos. Con esto me proyecto a integrar los aprendizajes previos en mi carrera y mis intereses a procesos de bienestar social relacionados con la salud mental, la cultura, el arte, y la autodeterminación de las personas y los pueblos en pro de la justicia, la paz y la equidad.